No sé que tienen tus ojos, tus besos, que siempre regreso por más de ti. No sé que harás ni cual es el misterio, ni el hechizo que haz puesto sobre mí. Tienes el don de creer lo que siento, saber lo que pienso con tu mirar. La gran virtud de escuchar en silencio y no cuestionar mi forma de amar.
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